Els alumnes de 4t d’ESO anaren de viatge d’estudis a la neu. Aquí teniu una crònica amb la seva experiència.
CRÓNICA
Sonó el despertador sin motivo (ya que no había podido dormir en toda la noche por los nervios) y me di cuenta de lo real que era todo. Empecemos.
Esa mañana, Mallorca nos despidió con una gran sonrisa. En el aeropuerto se respiraba ilusión por todas partes: ya estábamos allí, conociendo a los chicos de Santanyí y Palma. El vuelo UX6156 de Air Europa salió a las 10:30h y después de un vuelo apacible aterrizamos en Barcelona. Cogimos el autobús y tres hores y media después estábamos en Andorra. Fuimos a La Massana a alquilar el equipo de esquí y posteriormente nos dirigimos al hotel Oriol.
Nos levantamos cada día a las 7:15h, a las 8:00 desayunábamos y una hora después ya estábamos en el teleférico de La Massana, que nos subía a las pistas de Pal. De las diez a las doce teníamos clases de esquí con una profesora y después teníamos tiempo libre hasta las 16:30h para esquiar con los compañeros más avanzados. Y si no querías esquiar siempre quedaba la posibilidad de hacer guerras de bolas de nieve, de leer, de hablar e incluso de cantar en la cafetería.
Por las tardes fuimos a relajarnos a Caldea o a pasear por Andorra. En Caldea disfrutamos haciéndonos fotos en bañador sentados sobre un montón de nieve (nuestras caras són un auténtico poema).
Cenamos cada día a las nueve repartidos en cuatro grandes mesas, donde compartíamos las experiencias vividas durante la jornada.
Después de la cena fuimos un día a la discoteca y otro al cine. El cine fue una cura para nuestro sueño; la película fue tan aburrida que nos dormimos casi todos.
En el aeropuerto de barcelona, después de intercambiar todas las direcciones de correo electrónico, nos hicimos la última foto: treina y nueve grandes sonrisas con sobras de tristeza en los ojos por todo lo que dejábamos atrás.
Llegamos a Palma en el vuelo UX 6103 a las 23:15h y nos despedimos con besos de nuestros nuevos amigos de Palma. Una hora más tarde llegamos a Campos y la tristeza se convirtió en alegría (aunque cueste admitirlo) al ver a nuestros padres.
Esa noche creo que todos nos alegramos de volver a dormir en nuestras camas. Aunque noestro corazón no lo quiera admitir era necesario dar descanso a nuestros pies. Me dormí con la imagen de Andorra nevada en la cabeza y por la mañana eché de menos un croissant encima de la mesa para desayunar.
Aquí teniu les fotos.
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